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lunes, 26 de agosto de 2013

Carta a tú

Lo que diga el calendario, la ciudad.

Señorita, Tú.


Cordial saludo:

Mis sentidos extrañan tu epidermis, tu olor, tu musicalidad, tus colores, tu sabor.

Son mis sentidos los que te extrañan, yo no extraño. Y extrañan a tus elementos, no te extrañan a ti. Tú no eres extrañable. Y, obviamente, yo no te extraño. Yo soy una persona muy bien puesta y no puedo desponerme por poner a alguien como objeto de la intencionalidad de mi mente.

Pero me empieza a molestar bastante que mis sentidos extrañen tanto a tus elementos, porque alguien podría malinterpretar esa información y decir que te extraño. Lo cual es totalmente improbable, porque solo han pasado 2 días, 5 horas, 42 minutos, 14, 15, 16… segundos desde que te vi la vez más reciente. Todavía no es tiempo suficiente para extrañar a alguien. Mi regla de oro afirma que solo después de 3 días se extraña a alguien.

La conclusión de esto es que, como yo soy una persona muy bien puesta (por tanto, no puedo extrañar), nos quedan 18 horas, 17 minutos, 29, 28, 27… segundos para vernos, antes de que yo corra el riesgo de extrañarte.

Recuerda que no eres extrañable, no te dejes extrañar. Tú eres recordable, dale un recorderis de tus elementos a mis sentidos.



Agradeciendo la atención prestada,
Yo.